GESTIONAR TUS CONTRASEÑAS
Las contraseñas son las llaves que dan acceso a nuestros servicios y por ende a nuestra información personal por lo que si alguien las consigue puede comprometer nuestra privacidad, pudiendo entre otras cosas: publicar en nuestro nombre en redes sociales, leer y contestar a correos electrónicos haciéndose pasar por nosotros, acceder a nuestra banca online, etc.
Las contraseñas deben ser:
- Secretas
- Robustas
- No repetidas
- Cambiadas
- longitud mínima de ocho caracteres,
- que combine mayúsculas,
- minúsculas,
- números y
- símbolos.
- No debemos utilizar como claves:
- palabras sencillas en cualquier idioma,
- nombres propios,
- lugares,
- combinaciones excesivamente cortas,
- fechas de nacimiento,
- etc.
Algunos servicios ofrecen la opción de utilizar preguntas de seguridad para que, en caso de olvido, podamos recuperar la contraseña. Sin embargo, muchas de estas preguntas son simples y cualquier persona que nos conozca mínimamente o que disponga de acceso a nuestras redes sociales podría averiguar la respuesta. Por ejemplo: ¿Cómo se llama tu mascota? Por ello, no debemos utilizar las preguntas de seguridad con respuestas obvias. Podemos facilitar una respuesta compleja o bien una respuesta falsa y sólo conocida por nosotros.
Para almacenar las claves de los diferentes servicios podemos utilizar un gestor de contraseñas. Estos programas nos permiten almacenar las contraseñas protegiéndolas con una clave de acceso que sólo nosotros conocemos. Antes de utilizar un gestor de contraseñas, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
- La contraseña maestra que utilicemos para acceder debe ser segura y robusta ya que será la que nos dé acceso al resto de claves.
- Si olvidamos esta clave no podremos acceder al resto de nuestras contraseñas, por tanto, debemos memorizarla bien en nuestras cabezas.
- Debemos realizar copias de seguridad del fichero de claves, para evitar perder las claves almacenadas.
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